NO! La terapia no es para locos. Quien toma terapia son las personas que están dispuestas a moverse de lugar y que por alguna razón no están sabiendo cómo! Se vale pedir ayuda! Son los valientes que a pesar del miedo enfrentan sus monstruos más grandes.
La terapia es un “proceso”, sí… no se da de la noche a la mañana, entiendo que para muchos esto puede sonar un poco desalentador, pero con un poco de paciencia se puede llegar muy lejos.
¿cómo debe de ser un proceso terapéutico? Para empezar, debe de generarse un ambiente de confianza en donde, tanto el paciente como el psicoterapeuta se sientan a gusto uno con el otro. El psicoterapeuta debe de ser un profesional con estudios que lo avalen y de preferencia con alguna especialización en el campo que estés requiriendo como paciente. Existen infinidad de corrientes o especialidades igualmente que terapeutas, dependerá de la ayuda que estés buscando y de la química que se genere entre tu y el terapeuta para que el proceso dé los resultados deseados.
Nunca, bajo ninguna circunstancia, debes de sentirte juzgado por tu terapeuta, es un espacio en el que tienes derecho a ser tu mismo sin miedo a ser rechazado.
El único con el poder de decisión sobre su vida eres tu! ¡El UNICO que sabe más que nadie sobre tu vida, eres TU! No permitas que un “psicoterapeuta” te diga lo que tienes o no que hacer ya que eso estaría limitando tu crecimiento.
Como psicoterapeuta, es un gran reto lograr que nuestro paciente quiera seguir encontrando sentido a su vida, a las cosas más pequeñas y a su día a día, y como paciente el reto es aún mayor, porque requerirá de toda tu voluntad, madurez, disposición y sobre todo responsabilidad para hacerte cargo de tu vida, para que no quieras que te resuelvan, y sì… a veces puede ser frustrante salir igual de confundido o triste o enojado de terapia, pero solo la incomodidad hará que puedas moverte de lugar.
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