El tema de la violencia, ha sido abordado a lo largo de la historia, desde diferentes perspectivas como son la social y la psicológica.
En la actualidad uno de los temas más recurrentes por los que las parejas van a psicoterapia, es la violencia. Siendo la violencia uno de los factores más dañinos para la pareja, aseguran Whisman, Dixon, and Johnson (Bird, Butler y Fife, 2007). Sin embargo, existen parejas que deciden trabajar el tema de la violencia y continuar unidas mejorando la relación.
Reconocer la violencia y tomar acción ante esta en una relación de pareja, es un tema que genera muchos cuestionamientos, como ¿porqué la dificultad de identificar que se vive violencia en la pareja? ¿qué hacer una vez detectando que se vive una relación violenta? O ¿qué información y herramientas son necesarias para enfrentar la violencia en la pareja? Y si existiera la información suficiente al respecto, ¿sería más fácil para la persona la toma de decisión?, y ¿sería más fácil para el terapeuta la intervención durante el proceso psicoterapéutico, recurrir a este conocimiento para escoger la herramienta que mejor se acomode dependiendo del caso?
La posibilidad de recibir herramientas en un proceso terapéutico, que apoyen en la intervención de caso de violencia, está ligada al acto de ejercer el poder sobre la propia vida. Es así, que la persona puede ejercer decisiones libres y responsables ante esta situación.
Dentro de los múltiples factores de riesgo que llevan a la violencia se encuentran en distintos ámbitos: de carácter individual, familiar, comunitario y social. Algunos se asocian a la comisión de actos de violencia, otros a su padecimiento, y otros a ambos.
Debido a los antecedentes estadísticos en donde se señala que la violencia es mayormente ejercida sobre la mujer, es importante retomar otros factores que se asocian específicamente a la violencia sexual.
Las desigualdades entre hombres y mujeres y la aceptación de la violencia contra la mujer son la causa principal de la violencia ejercida contra estas.
la intervención psicoterapéutica es de suma importancia ofreciendo la oportunidad de que la paciente evalúe su situación personal y buscando alentarla a que hable de la situación, es importante como terapeuta estar libre de juicios, asegurarle confidencialidad total y confirmarle que se le cree todo lo que expone validando sus vivencias.
Es importante intervenir de manera inmediata y oportuna cuando la violencia está siendo ejercida ya que se corre un riego grave contra la salud.
A las víctimas de violencia se les reprocha no reaccionar, ser demasiado sumisas, pero lo único que hacen es desarrollar estrategias de adaptación para limitar la violencia y preservar la pareja. En el estado de violencia creen que su pareja es quien las protege del mundo exterior, por eso la perspectiva de encontrarse desvalidas es más temible que la propia violencia.
Un punto importante a desarrollar, independientemente a la decisión de quedarse o marcharse, será el que la víctima logre poner límites. Es necesario que la persona puede expresar sus desacuerdos. Para marcharse es preciso reconocer la incapacidad para cambiar al otro y decidir, por fin, ocuparse de uno mismo.
En el caso de que la decisión sea marcharse, habrá que tomar en cuenta que una decisión así no se da rápidamente; se madura durante mucho tiempo. Las rupturas se dan en varias etapas y ciclos repetitivos de regresar a la relación. Estas tentativas permitirán a la persona adquirir la firmeza y determinación para plantearse abandonar definitivamente la relación.
REFERENCIAS
Bird, M., Butler, M., y Fife, S. (2007). The Process of Couple Healing Following Infidelity:
A Qualitative Study. Journal of Couple & Relationship Therapy, 6 (4)
doi:10.1300/J398v06n04_01
Ruiz-Jarabo, C. (2005). La violencia contra las mujeres. España: Diaz de Santos.
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